Por primera vez en su historia, Panamá está convocando a su ciudadanía a definir colectivamente cómo la cultura debe insertarse en el proyecto nacional de desarrollo. A partir del 8 de septiembre, artistas, artesanos, gestores, educadores y comunidades de todo el país participarán en las Consultas Ciudadanas para la elaboración del Plan Nacional de Culturas 2025–2032, un proceso que busca convertir la diversidad cultural panameña en motor de cohesión social, innovación y crecimiento económico.
El plan, el primero de alcance nacional, se propone como una hoja de ruta para garantizar derechos culturales, fortalecer la gobernanza y situar a la cultura como un pilar estratégico de desarrollo humano sostenible. Más allá de preservar tradiciones, la iniciativa pretende dignificar a quienes las resguardan y, al mismo tiempo, estimular a las industrias creativas como fuente de empleo y sostenibilidad para nuevas generaciones.
“La cultura es identidad, memoria, cohesión social y también economía”, subrayó la ministra de Cultura durante el lanzamiento, señalando que Panamá no solo busca reforzar su patrimonio, sino también proyectarse como un referente internacional en creatividad y sostenibilidad.
Las consultas se realizarán en formato presencial y virtual, un diseño híbrido que busca ampliar la participación. Además, el Ministerio de Cultura abrirá en las próximas semanas un concurso para elegir el logo oficial del Plan, un gesto simbólico que refuerza la idea de apropiación colectiva del proceso.
El contexto regional da peso adicional a esta apuesta. Panamá ostenta la presidencia pro tempore de la Coordinación de Cultura y Educación de Centroamérica y República Dominicana (CCEC-SICA) y se prepara para ser protagonista en la conferencia mundial de política cultural de la Unesco, Mondiacult 2025. Allí, el país planea mostrar cómo un modelo participativo puede traducirse en liderazgo internacional.
El esfuerzo cuenta con el respaldo del gobierno del presidente José Raúl Mulino, que ha colocado la cultura como un derecho fundamental y un eje de desarrollo sostenible en su agenda. Para los organizadores, sin embargo, el éxito dependerá de la capacidad de estas consultas de recoger voces diversas y convertirlas en políticas concretas.
El Ministerio de Cultura ha insistido en que el proceso no debe quedarse en diagnóstico. “Es una invitación a que la ciudadanía aporte ideas que se traduzcan en acciones”, dijo la ministra, al recordar que las consultas virtuales estarán habilitadas en la página oficial de la entidad a partir de la próxima semana.
Con este ejercicio, Panamá intenta escribir un capítulo distinto: uno donde la cultura deje de ser vista solo como herencia y espectáculo, y se convierta en estrategia de país.



